El cuerpo del hombre es 70% agua. Por eso su arquitectura celular realmente es una arquitectura de agua. En esto enfatizo: una cosa es la arquitectura celular y otra cosa es la arquitectura de agua; al primero lo constituye el elemento carbono y al segundo el orden de moléculas de agua en el espacio extracelular e intracelular. Esto último es a la hora de la verdad sólo eso: agua e información. Podemos decir entonces que nuestra arquitectura de agua devela mares, ríos, y de corrientes de información. Mares donde desembocan ríos, ríos donde convergen corrientes, y corrientes que yacen de lo más profundo de la tierra, llámese núcleo o ADN.
Son estas nano- corrientes de información las que influirán en un determinado pool de partículas ligadas a hormonas y mensajeros, y éstas bien sabemos cómo penetran en el la matrix extracelular e intracelular, o matrix viviente, para solicitar el intercambio con nuevas corrientes de la célula receptora, constituyendo el proceso básico de comunicación celular: a la larga un intercambio de información que fluye hacia la superficie de los órganos, hacia el endotelio y hacia las mucosas, arrastrando, integrando, y amplificando las señales de todo el cuerpo con el sistema nervioso, inmunológico, y endocrino, con el fin de regular y sostener el set point climático o metabólico del bioma humano. Aclaro sin embargo de una vez, que el cuerpo del hombre, a diferencia de las demás especies, a raíz de su diseño evolutivo tiene un objetivo superior, el de humanizar sus procesos de regulación biológica, mecanismos meramente instintivos y viscerales.
Por ahora recordemos lo siguiente: un bioma es el total de las comunidades biológicas que interactúan dentro de una zona de vida particular en donde el clima es similar y las comunidades se mantienen a sí mismas y al bioma entero mediante complejas relaciones entre los organismos y el ambiente. ¡¿Así o más humano?! Cada órgano nuestro es una comunidad biológica que plasma su termodinámica en las corrientes de información que viajan por la micro y macro circulación, por las vías neurógenas reflejas o por las vía de conducción asociada a la matriz extracelular, esto con el fin de poder equilibrar los vectores térmicos y entrópicos de sus órganos. Somos en lomás básico un aparato para la comunicación, la distribución, y la regulación de las necesidades de supervivencia, casi un arte, lo cual se conoce hoy día como cibernética, o la ciencia del control.
Volviendo a la matrix viviente, como dije anteriormente, es ésta el escenario por donde circulan las corrientes de información. La matrix viviente no es más que el parenquima de órganos asociados a un sistema de red inmunitaria y neuronal que desemboca en el sistema nervioso central, o torre de control, lo que determina la medida en que se modulan los procesos sensitivos y efectores en la periferia de nuestro cuerpo, desde lo inmediato hasta lo complejo, desde un pensamiento heco manifiesto, hasta un plan de acción del sistema inmunitario a mediano y largo plazo en respuesta al entorno e intorno, o desde una señal de alarma gastrointestinal hasta un cuadro de alergia bronquial interno en principio, aunque externo en origen. ¿Cómo lo logra el cuerpo? Respondo: la cibernética basa su principio en la simorfosis y en fenotipos de reactividad, ambos dados por procesos epigenéticos a lo largo de la carrera evolutiva del individuo, de su familia, y de su población.
Como ven, la respuesta no es un misterio, para vale poner algunas fichas del rompecabezas en orden.